Autismo y unicornios

Antes de su diagnóstico, la gente nos decía que Sol estaba chiqueada y yo, mamá primeriza, incontables veces la dejé llorar, sin entender lo que pasaba. Recién iniciada en la maternidad, me dijeron que confiara en mi instinto, pero este -si es que existe- no fue suficiente para ver a mi pequeña y a su unicornio. En cambio, mi madre, con profundo amor y expertiz, reconoció en Sol sus hermosas diferencias.