LAS REDES, LAS AMIGAS Y LA RESISTENCIA NOS SALVAN.

Por: Alma Paulina Romo Rodríguez*

Como abogada feminista y defensora de los derechos de las mujeres, conozco los obstáculos a los que nos enfrentamos para tener acceso a la justicia, sobre todo en casos de violencia. Algo que ha llamado mi atención y que de hecho se ha vuelto parte importante para apoyarme en la defensa de los derechos de las mujeres, es el tema de la trascendencia de las redes de apoyo. He visto la pauta que marcan para que las víctimas puedan salir de situaciones de riesgo, porque las fortalecen y les da abrigo en momentos difíciles, para que su andar en búsqueda de independencia y liberación, sea exitoso. Me he topado en la realidad de las instituciones, puesto que sus formas y protocolos no alcanzan para lograr que las mujeres puedan salir de círculos de violencia que han vivido desde hace años. La realidad les ha rebasado y la empatía se ha nublado en los escritorios. Es por ello que además de las instituciones, es vital que se dé la importancia necesaria a las redes que se forman a partir de organizaciones civiles, familiares, amistades y demás de apoyo moral a las víctimas de violencia. 

Se ha dejado de lado trabajar más a fondo con las redes de contención alrededor de las mujeres que se encuentran en proceso de búsqueda de justicia y además conociendo los antecedentes y características, sabemos que los perpetradores anulan cualquier apoyo que puedan tener las mujeres a las que violentan y con ello aumentan los alcances de lo que éstos realizan, por tanto, al problematizar y aterrizar este tema, estamos visibilizando la importancia y magnitud de las redes en estas situaciones. Estoy convencida que, si se habla del tema desde las instituciones e incluso la academia y se logra un avance en ello, por supuesto que puede ayudar a disminuir los casos en donde las mujeres no tienen otra opción más que la de regresar con quienes la violentaron ya que, al visibilizar el valor de contención en estas relaciones y preparar al entorno familiar o afectivo, la respuesta del entorno en muchos de los casos puede ser favorecedora. Esto siempre desde una perspectiva integral donde se observen y atiendan las necesidades de casa una de las partes involucradas, dándole el tiempo y herramientas necesarias a este proceso. 

Y como lo proponen especialistas en el tema, lo que es fundamental como redes (siempre desde el autocuidado), mantenerse cerca, no perder el contacto, estar disponible para prestar asistencia en el momento en que la mujer lo pida. “No juzgar, presionar o condicionar la cercanía a la separación del agresor. Ofrecer escucha a los temores e inseguridades, acoger las dudas y ayudar a la víctima a afrontar cognitiva y emocionalmente su situación. Mostrando las salidas, prestando acogida, buscando orientación profesional para saber qué hacer. Manteniendo la presencia durante todas las etapas que implica para una víctima el proceso de salir de una dinámica de violencia”. Las redes de apoyo tienen un rol fundamental, ya que, en términos simbólicos, le prestan a la mujer «mente o psique» para pensar su situación fuera de la hipnosis en la que queda presa cualquier persona que ha sufrido de maltrato durante un periodo de tiempo más o menos sostenido. Las personas que han sufrido violencia intrafamiliar tienden a normalizar esta situación e incluso pueden culparse por ello. La contención entregada por su círculo más cercano es fundamental para que la víctima pueda mirar este problema con mayor objetividad, para así movilizar sus recursos externos e internos para encontrar una salida.

Una red de apoyo puede brindar fortaleza y entereza a una mujer desde la compañía, el cuidado y el saber que hay otra persona preocupada por ella. También puede hacer que el agresor no la vea vulnerable ni sola y, por esto, modifique o anule muchas de sus acciones.

Sé que hay esperanza, lo veo de manera alternativa en los casos que acompaño. Lo observo en la ternura de quienes también lo hacen desde el amor por la otra y por el anhelo de saberla libre de toda violencia. 

En una sociedad que nos ha enseñado a competir, no hay nada más revolucionario que la sororidad y el amor entre compañeras. Porque definitivamente, las amigas salvan. 

-Estrada, C., Herrero, J. & Rodríguez, F. J. (2012). La red de apoyo en mujeres víctimas de violencia contra la pareja en el estado de Jalisco (México). Universitas Psychologica, 11(2), 523-534. -Carol Eltit. (2020). La importancia de las redes de apoyo de las mujeres que han sufrido violencia intrafamiliar. Noviembre 2020, de El mostrador 

*Alma Paulina Romo Rodríguez Maestrante en Derecho y Género, abogada familiar y penal, defensora de Derechos Humanos de niñas, niños, adolescentes y mujeres.

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